Viva la Papapleto


Soy nacido y criado en Antofagasta y puedo decir que no tenemos ninguna tradición culinaria, mucho menos picadas (ahaha mariscos culiaos caros), en comparación de otros lugares donde el sureño té dirá “es que las sopaipillas no son como la señora X” o “el mejor plátano con leche es el de don Y” Tenemos tan poco cariño por nuestra tierra que no nos interesa rescatar nada, nada de nada.
Y aquí es donde llegan los peruanos y bolivianos que entre el buen y complejo intercambio cultural trajeron sus comidas rápidas a universitarios jóvenes y de bajos ingresos como lo es su servidor.


El papapleto no requiere mayor análisis etimológico, es una salchicha de ¿vacuno? ¿Pollo?... ¿jote? Acompañada por una cama de papas fritas dentro de un pan de completo y acompañado de diversas salsas a elección como mayo casera, ketchup, ají rocoto o la siempre codiciada salsa de aceitunas y debo decir que es el alimento base de mis años universitarios y de vendedor part-timer por que no puede ser más que contundente, ademas es un sándwich tan básico que es imposible cagarla, muy rara vez puedes arruinar las papas fritas o la cocción de una vienesa así que siempre apuestas a la segura, aunque el gran pero puede ser el pan, que, en actos de poco cariño a su arte te pueden dar uno frio del día anterior o recalentado ( y me declaro enemigo de los completos en pan calentado)
El papapleto es tan noble en lo contundente como lo es en lo económico, su valor regular era de 2x $1000 pesos, un precio irresistible para el que tiene los bolsillos un poco flaco, aunque esta demás decir que desde el estallido social este subió a $1500, igual de conveniente, pero ya no tan atractivo como antes, aunque igual de versátil ya que te puedes zampar los dos solo o compartirlo con la parejits o el amigo con el que saliste a marchar (en ambas situaciones hay coito asegurado).
Le tengo cariño al papapleto por que, como dije anteriormente, me salva cuando ando corto de plata, es rico, es practico y hasta me sirve como escapada de las sesiones de estudios, se me termina antojando uno y salgo por una promo, una excusa perfecta para salir a despejar la mente y volver con la panza llena a seguir dándole al estudion. Se abran dado cuenta que en esta mini reseña todavía no he mencionado ningún local de comida rápida ¿Por qué? Por que el papapleto lo puedes encontrar en casi cualquier local de comida rápida atendida por peruanos o bolivianos y casi siempre al mismo precio, aunque al que suelo acudir con mis amigos son los que se encuentran en la calle Zenteno con Iquique.
Como palabras al cierre puedo decir que el papapleto está o debería estar en la dieta de todo joven que necesita algo contundente para salir del paso, es encontrable sin mayor dificultadas y terrible rico, sin dudas el papapleto es quien unificará América en el esperado sueño bolivariano.

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