¡Yo ho, una botella de Jagermeister en la pared! ¡HEY!

Ya, partí en falso. Salí con la premisa de que escribo harto y la weá es hacerla chorta.
El producto en la palestra con que parte este aborto es un nectar creado en las profundidades de la selva negra alemana por leñadores ebrios y sodomitas. Hay quien dice que los tragos dulces no son para hombres, que son para que las minas enganchen con el copete, pero son los primeros en hacer arcadas cuando se toman un shot de este jarabe de la abuela.
Esta noche, público estimado, parte con Jagermeister.

 Si son como yo, marineros consumidores de destilados, saben de que hablo cuando alego contra el chelero tradicional que piensa que esto es pa señorritas. ¡JÁ! digo en sus narices. Já otra vez y una tercera, porque ya me tiene medio mareao.
El jagermeister, o jager pa los p3rr3ts en la casa, es un licor destilado en base a 56 hierbas y especias "selectamente seleccionadas"  según dice su botella, almacenadas en barricas de roble. También dice "mejor servido con hielo" y "conduzca con responsabilidad", pero ¿a cuanto de eso hay que creerle?
De hecho nunca he visto una lista con todas las hierbas y especias (porque no he buscado), pero se sabe que tiene gingseng, azafrán, gengibre, anís, cáscaras de cítricos, bayas de enebro y una que otra planta de tu patio. También uno que otro palurdo asevera que tiene sangre de ciervo, supongo que influenciados por la ilustración de la etiqueta. Se sabe que es falso; aparte esa sangre es salada, palabra de cazador del RDR2. Es como si los chester bolitas fueran testículos de chita... porque no lo eran, espero.
 Hablando de cazador y ciervo, el nombre proviene de la afición a la caza del creador, dándole su título "maestro cazador" a su trago. Por otra parte, el ciervo con la cruz entre sus cuernos es un santo franchute llamado Huberto, que posiblemente ebrio vio el signo del cristianismo entre los cachos de la que iba a ser su presa. Llego a la casa sin carne, pero con Jebús en el corazón. Igual se lo penquearon.

 Este jager en particular me lo compré en el Líder de Zenteno (Antofapasta) más o menos cuando se anunció un intento de cuarentena y aún estaba solo en el depa, así que ya le había bajado un buen tanto hasta ahora. Su sabor es rico, sigue siendo fuerte, pero posiblemente por el desgaste de mi esófago debido a años de destilados y reflujo crónico, me hace pico a cada sorbo.
 Hará un año en que me compré una cajita que traía un jager con dos shots en el Tottus del mall, así que desde entonces no tomo en vaso y el vasito de metal ayuda harto a mantener la temperatura en frío. No obstante sigue siendo un jarabe fuerte, como tomar té de hierbas con ron. La textura es una de sus particularidades redentoras, siendo como he dicho similar a la de un jarabe: fluida aunque ligeramente viscosa, como un paltomiel aguachento. Es más, alguna vez cometí el error de dejarme engatusar por el gusto dulce del trago y bajé la mitad de una botella llena, para terminar vomitando en una bolsa de papas fritas en mi pieza, solo y ad portas de que me pille mi papá curao. Mi instinto camaleónico me salvó de irme sapeao. Aparte el trago está considerado como bajativo, así que si quieren preservar los confores que tanto les costó acaparar antes de la cuarentena, ni piensen en regodiarse con la botella.
El traguito me lo tomé  sigo tomando mientras escucho el "Rum, Sodomy and The Lash" de The Pogues, onda para darle el toque marinero a lo fuerte del golpe etílico que deja en la faringe a medida que baja. Aún llevo un shot y ya me tiene la garganta hecha pico y un poco mareado, así que para la ocasión, en que el encierro me tiene medio cansado de la realidad y la carencia de comida relacionada con alucinógenos me lleva a buscar otra forma de alterar la conciencia, ha servido como un buen substituto.

Ya puestos, mi calificación según la Escala paranormal de Tobin es:
Sabor (8/10): Rico, super rica la textura y la combinación de las hierbas, pero tengo la faringe hecha mierda, el dolor me quita aprecio.
Sensación extracontextual (10/10): Refiérome a como ayudó en situaciones ajenas a las de la reseña y sí, empezar a marearme me ayudó a olvidarme del encierro y el agobio y los miles de estímulos interneteros y todas esas weás que quiero aprender pero no puedo porque no sé por donde empezar. Gracias alcohol.
Valor (6/10): Me acuerdo que estaba medio carozzi cuando me lo compré. No guardé la boleta, rara vez hago esas weás.

En base a esto, lo declaro BUEN COPETERS.
Beban con responsabilidad. Aunque a estas alturas no tiene donde chucha manejar. Nah, cúrense.

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